Desde un principio hemos tenido muy claro que el motor de esta comarca en todos los sectores es el entorno. Pero ¿qué es y para qué sirve?. Es una cuestión de fondo y ahí vamos a explicarlo.

El Matarraña, una comarca de un tamaño normal, ubicada en una encrucijada de caminos en la provincia de Teruel a los pies de los Puertos de Beceite, a una hora de una reserva de la biosfera como el Delta del Ebro, a poco mas de media hora de la estepa turolense, con varios ríos de aguas cristalinas que la atraviesan, tierra de prehistoria, íberos, musulmanes, cristianos, con una base económica tradicional de agricultura y ganadería… hasta los últimos tiempos donde la consciencia empezaba a despertarse en algunos, nativos o de fuera, porque el Matarraña enamora. Pero, ¿qué tiene esta comarca de especial?

Pues ese halo especial no es otra cosa que el entorno. Entendemos por entorno el conjunto de elementos que da vida a todo, agricultura, fauna, paisaje, pueblos, gentes, rocas, historia, economía, sostenibilidad, ganados, etc… prácticamente cualquier cosa puede entrar en ese listado. Pues bien, el entorno que configura el Matarraña es simple y llanamente espectacular porque difícilmente en otros lugares se dan las condiciones para que todo encaje para que una tierra tenga un imán para atraer, y esta tierra lo tiene.

Y es que, ¿sabéis que hay gente que paga por venir a este tipo de entornos?

Solo tenemos que fijarnos en la cantidad de posibilidades que emanan. Deportes de aventura, senderismo, aceite de oliva, Pueblos Mas Bonitos de España, vía verde, jamón de Teruel, melocotones, alojamientos, quesos de cabra, restaurantes, olivas, cooperativas, cosmética, paisajes de contrastes, fauna, arqueología, vinos, miel, saltos de agua, fabrica de piensos, pozas, bosques, tradiciones, pinturas rupestres, piedra en seco, ríos, masías, etc… la lista es larga, muy larga, y eso solo es señal de que se mire por donde se mire el entorno genera movimiento humano y con él economía.

Si un lugar reúne las condiciones antes citadas resulta ser un reclamo, atrae a personas, se establecen, surgen medios de vida, negocios, necesidades y la maquinaria se va engrasando. Esto es lo que lleva años sucediendo en el Matarraña. En los últimos años las inversiones privadas no han parado de aumentar, se han comprando fincas, se han rehabilitado edificios por empresas locales y se ha emprendido. Han llegado nuevos pobladores que en algunos casos han ayudado a mantener escuelas abiertas, que consumen productos locales, teniendo necesidad de buscar empleados para negocios… el boca a a boca se activa, llegan mas personas, surgen nuevos enamorados del entorno. La dinámica continua y la prensa descubre este rincón de Teruel y los primeros reportajes nacen y se se suceden. Cultivos casi perdidos o que solo subsistían a nivel familiar toman nuevas inercias, algunos hasta son premiados. Llega el turismo generando mas empleo, mas consumo, mas productos y posibilidades. Todo ya es demasiado evidente, aquí pasa algo, incluso se genera un discurso para poner en valor todo ese entorno, cada vez mas privilegiado del que se habla maravillas, incluso con etiquetas que recuerdan destinos en otros lugares mas grandes y desarrollados hace mucho mas tiempo en ese sentido.

No vamos a alargarnos mas. Lo tenemos mas que claro. Sin este entorno habría mucha menos demanda de cordero o derivados de cerdo, de aceite de olivo o vinos, de melocotón de Mazaleón o queso de La Fresneda o Peñarroya, menos flujo en talleres, supermercados, tiendas, menos escolares en los pueblos, menos ciclistas, menos pernoctaciones, menos restaurantes, menos campings, menos maquinaria agrícola, mas fincas yermas, menos empresas, etc…

Para terminar, tenemos un recurso que pocos tienen y que bien gestionado y con ganas de trabajar puede ser un motor para todos, ¿ya sabéis cual es, no?, el entorno, pero para terminar añadiremos, privilegiado. Aprovechemos la oportunidad que todos, sin excepción, tenemos.